ESPADA

de Hernán Cortés

conquistador del Imperio Azteca-Mexica

(España, 1521)

Real Armería del Palacio Real de Madrid (España)  nº inv. G-45

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   Como se puede observar, esta espada, que se le atribuye a Hernán Cortés, es de buen tamaño y sencilla guarnición. No es para lucir en la corte o en ceremonias, todo lo contrario, es apta y perfecta para el combate, especialmente a caballo por su gran longitud.

     Luce una guarnición renacentista de las llamadas de lazo o puentes, compuesta por un guardamano que termina con un gavilán vuelto hacia la hoja, un puente frontal y dos patillas con otro puente más pequeño, que protegen el recazo. Todo ello, de hierro acerado blanco como el pomo elíptico estriado y sin perilla. Puño alambrado y ahusado, perfecto para usar a una sola mano. La hoja recta y poderosa, a dos mesas por cada lado y doble filo hasta la punta. Luce la marca del perrillo por lo que pudo ser realizada por el espadero español Julián del Rey.

     Longitud total 120 cm. Longitud hoja 101 cm y ancho 3,2 cm.

     Esta espada la puedes admirar en la Real Armería del Palacio Real de Madrid (España).

 

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Hernán Cortés frente al Emperador Moctezuma

 

    Hernán Cortés nació en 1485 en la ciudad de Medellín (España) de una familia hidalga pero de poca hacienda. Sus padres lo enviaron a estudiar a Salamanca y se convirtió en un hombre culto que hablaba en latín, dominaba el discurso y conocía las leyes del reino.

     Gran militar y diplomático, que en tierras americanas, con la ayuda de doña Marina (la Malinche) que le sirvió de interprete, convenció a los tlaxcaltecas y otras tribus para que se unieran a él y atacaran al Imperio Mexica (aztecas) que los esclavizaba, sacrificaba a sus dioses e incluso se los comían. Conjuntamente, conquistaron la ciudad de México-Tenochtitlan en 1521.

     Éste fue el comienzo de la creación del Virreinato de Nueva España, que duro 300 años, llegando a tener una economía superior a la europea y que estuvo formado por lo que hoy es: México, Nuevo México, California, Texas, Arizona, Utha, Nevada y parte de Colorado.

     España nunca tuvo colonias, tuvo provincias, cuyos habitantes, españoles americanos, tenían los mismos derechos y obligaciones que los españoles europeos.

     Es cierto que la viruela traída, sin querer desde Europa, mató a mucha población indígena y que los españoles cometieron tropelías, pero éstas eran castigadas duramente en cuanto se tenía conocimiento de ellas. La corona cobraba impuestos, pero no todo se lo traía a España, sino que una gran parte se dedicó a crear iglesias, escuelas, universidades, carreteras, etc. En 1800, antes de su independencia, la ciudad de México era la más poblada, con mejor economía y la más importante de toda América.

 

ESPADAS DE PERSONAJES HISTÓRICOS DEL MUNDO

Autor: Vicente Toledo Momparler